Los dulces

Corre el rumor de que los asturianos son por lo general gente amable y muy animada, propensa a la conversación, a la reunión, y a la fiesta, donde nunca falta la buena gastronomía, la música, y suele ocurrir que el colofón de este tipo de encuentros siempre tiene sabor dulce. Asturias es una tierra de buenos maestros confiteros y chocolateros, de chefs creativos que innovan en torno al mundo de los dulces, y cuenta con un recetario popular y tradicional muy rico que da idea de hasta qué punto la cultura asturiana ‘usa’ los dulces para mejorar la calidad de vida de propios y visitantes…

Asturias tiene gran tradición de maestros confiteros y chocolateros. Es un territorio en el que abundan las confiterías, y algunas de ellas tienen fama fuera de las fronteras del Principado, por sus dulces y clásicas creaciones. En Oviedo, Gijón, Avilés, Langreo, Mieres, Laviana, Candás, Luanco, Grado, Salas, Navia, Llanes, Ribadesella, Tineo o Cangas del Narcea, por citar algunas referencias, hay productos típicos o específicos, o sencillamente recreaciones en obradores experimentados que hacen las delicias de los paladares más exigentes y avezados. Los carbayones o las moscovitas en Oviedo, las princesitas de Gijón, los bartolos en Laviana, los ‘carajitos del profesor ‘ en Salas, les marañueles en Candás y Luanco, el tocinillo de cielo en Grado, les casadielles en los valles mineros, los frixuelos  en toda Asturias, etc. son creaciones dulces que son al mismo tiempo marca y seña de identidad territorial, sin olvidar por supuesto a los maestros chocolateros y su desbordante creatividad que tiene su momento álgido en la Semana Santa, todo un espectáculo del escaparatismo y el arte en chocolate.

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